El problema con Chesterton y Belloc (y la gran mayoría de los intelectuales católicos de su época y de la nuestra actual) es que a pesar de que eran buenos teólogos, no sabían ni leyeron nada sobre economía. Ellos están en la misma línea de los Papas y la doctrina social de la iglesia que erróneamente sostiene que hay que oponerse al libre mercado porque hay que oponerse al liberalismo y al iluminismo.
La primicia del distributismo de Chesterton y Belloc es que la propiedad productiva tiene que estar dispersa en vez de concentrada. Desde el punto de vista económico, eso sería fatal. Veamos la industria de la computación personal…Qué sería de esa industria si el capital no estuviese concentrado en Microsoft e Intel y otros pocas compañías? Estaríamos pagando precios altísimos y probablemente la tecnología no se habría desarrollado. Ahora practicamente cualquier persona puede tener computadora. Si el capital estuviese distribuido equitativamente en vez de concentrado, esto sería más desastroso que el socialismo mismo.
Además, no se qué tiene de malo o inmoral que yo decida trabajar para una compañía grande en vez de tener una compañía pequeña. Me parece que la decisión debe ser del individuo quien tomaría en cuenta sus propias circunstancias.
Por otro lado, los distributistas consideran al “profit motive” inmoral. Es el mismo problema que tiene la doctrina social de la iglesia. Pero desde el punto de vista económico, sin el "profit motive" no puede haber precios de mercado, y sin los precios no hay economía sino caos, que es lo que paso en los países socialistas y lo que continuará pasando en Venezuela mientras más y más sectores estén dominados por el estado. Nos quedará el trueque, que sería volver a la barbarie...Los precios son el mecanismo mediante el cual la sociedad moderna distribuye para beneficio de todos los recursos. Al no haber precios, o al estos estar distorsionados, tienes colas, escasez en unos sectores, exceso de producción en otros, etc. En fin lo que es una economía socialista. El profit motive no quiere decir que uno es materialista o hedonista o que el dinero es más importante que Dios. Los católicos tenemos que safarnos de esa línea de pensamiento marxista de una vez por todas. Con los millones de muertos por la represión de Stalin, Castro, Mao y Pol Pot aprendimos unas cosas, pero con los otros millones que literalmente se murieron de hambre gracias al socialismo, esa lección de economía como que no la aprendimos.
Y por último tienes el problema de cómo implementar los ideales distributistas…pues mediante el estado y su aparato intervensionista y represivo, por supuesto, lo que indica una ingenuidad tan grande como la de los demócrata cristianos. Digan lo que digan en contra del Home Depot or Walmart o Microsoft o KMart, esos grandes conglomerados no son responsables de robarme el 40% de mi ingreso, que es lo que hace el estado democrático.
Los católicos y en especial los teólogos se deben leer a los escolásticos españoles que desarrollan las ideas de Santo Tomás. Pero como estos escribieron mucho antes que Adam Smith a favor del mercado, los distributistas y otros católicos anti-libre-empresa los ignoran. Dios mediante, espero que Benedicto XVI continúe la línea de Juan Pablo II en su Centesimus Annus en donde por primera vez un Papa reconoce la importancia del libre mercado, los precios, los empresarios y el “entrepreneurship”.
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