Para Marx y todos los que aceptan directa o indirectamente su visión de la explotación, el capitalista supuestamente se queda con la diferencia entre el salario pagado al trabajador y el precio de venta de lo que el trabajador produce, lo que él llama la plusvalía. Eso es implícitamente lo que también acepta y enseña, lamentablemente, la Iglesia Católica.
Marx comete dos errores, uno, que el salario es determinado por el costo de subsistencia del trabajador y dos, que el precio de venta de un producto es determinado por la equivalencia entre la cantidad de trabajo contenidos en dos productos que se intercambian. Marx jamás pudo reconciliar los precios que él observaba en el mercado con la cantidad de trabajo que supuestamente los trabajadores invertían en los productos. Por eso interrumpe la escritura de su su obra maestra, "El Capital". Desde el punto de vista metodológico, él asume la explotación existe, que el capitalista se roba parte de lo que le corresponde al trabajador, y de allí trató de elaborar su teoría del capitalismo. Es el mismo cuento con la Doctrina Social de la Iglesia. Por eso Juan Pablo II habla del conflicto entre el capital y el trabajo, sin saber el error que comete en Laborens Exercems.
Los salarios no existieran si no existiera el capital!
Sin el capitalista, que es quien acumula capital, quien decide posponer su consumo en el presente, ahorrar, e invertir para luego consumir más en el futuro, todos nos veríamos forzados a producir algo directamente y consumirlo o venderlo. En ese mundo, ninguno de nosotros tendría salario sino ganacias. Todos tendríamos que poseer tierras, materiales y herramientas (capital). Muy pocas personas podríamos sobrevivir de esta manera. Lo que el capitalista hace es darnos la oportunidad para especializarnos y vender nuestro trabajo solamente, en vez de tener que vender el producto de nuestro trabajo. Si tuviéramos que vender directamente el producto de nuestro trabajo, pocos podríamos producir productos que llevan años en producir. Sería una economía muy rudimentaria, incapaz de darle de comer a más de unos cuantos.
Por otro lado, tenemos que preguntarnos por qué el trabajador prefiere venderle su trabajo al capitalista en vez de producir directamente. Es porque el salario representa para trabajador bienes en el presente mientras que su trabajo representa para el capitalista bienes en el futuro. El trabajador vende su trabajo porque prefiere los bienes en el presente a los bienes en el futuro. Los empleados de un empresario reciben un salario en el presente financiados por él, quien asume el riesgo de alquilar una oficina, comprar equipos y muebles, establecer relaciones con futuros clientes y esperar a vender, comenzar y terminar un proyecto para obtener un pago, muchas veces incierto, en el futuro. Para eso él tiene que invertir capital en su empresa y hacer un intercambio voluntario con sus empleados. Su capital no es sino el dejar de consumir en el presente para consumir más en el futuro.
La clave es que el empresario asume el riesgo de financiar le diferencia entre el presente y el futuro. A su capital invertido le corresponden ciertas ganancias que por lo menos teóricamente, si la empresa tenía éxito, le corresponden.
El capital que el empresario arriesga le permite al empleado obtener su salario ahora en vez de en el futuro. Otro ejemplo. Un carro. Si un trabajador quisiera hacer un carro por su cuenta y luego venderlo, se tardaría, digamos, tres años. Tendría que diseñarlo, comprar equipos, comprar materiales, construirlo, y luego venderlo. Durante todo ese tiempo está gastando dinero y además tiene que ver de qué vive, cómo compra comida, etc. El capitalista básicamente hace todo ese financiamiento de tres años para el trabajador. Y eso hay que pagarlo porque si no, por qué haría el capitalista esa inversión? Recuerdemos que él decide no consumir en el presente para consumir más en el futuro. Lo mismo que hacemos todos nosotros. Estimado lector, usted qué prefiere, que yo le diera $100 hoy o $100 en 3 años? Si prefiere $100 ahora, quiere decir que está descontando el dinero del futuro. Pero si le digo, $100 ahora o $1,000 en 3 años? Probablemente, dependiendo de su preferencia de tiempo, escogería los $1,000. Eso mismo es lo que hace el capitalista. El podría no invertir y consumir todo su capital en el presente. Pero no, él prefiere los $1,000 en el futuro, por eso invierte $100 en el presente. Bueno, eso es lo que han hecho por cientos de años millones y millones de empresarios, creando un capital enorme que es lo que nos permite generar riquezas. Es verdaderamente un milagro y un regalo de Dios.
En este sistema de producción mediante el capital, no veo ningún tipo de conflicto sino más bien ayuda, cooperación, desarrollo. El análisis marxista de la explotación no toma en cuenta ese financiamiento en el tiempo, ese puente económico entre el presente y el futuro tan esencial para la civilización como la conocemos. Lamentablemente la Iglesia Católica ha cometido un error garrafal en adoptar a Marx.
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